MONTAR EN AUTOBÚS CONTRIBUYES A MEJORAR LA CALIDAD DEL AIRE

La contaminación urbana es un problema de cuya gravedad cada vez somos más conscientes. Hace una década desconocíamos los agentes contaminantes más peligrosos para nuestra salud, las autoridades no se preocupaban por medirlos y mucho menos por fomentar iniciativas para paliar la contaminación ambiental consecuencia del transporte en las ciudades.

A día de hoy, son muchos los ayuntamientos europeos que cada vez se toman más en serio el problema, y aparte del conocido dióxido de carbono, gases como los óxidos de nitrógeno (NOx) o las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), comienzan a ser más familiares, gracias a que los medios de comunicación se van haciendo eco de lo que supone para nuestros pulmones una dosis más elevada de lo normal de estos agentes.

¿Cómo contribuye en el autobús a paliar el problema? El autobús ha sido equivocadamente criticado en muchas ocasiones dado el tipo de motorización diésel de las que hacen uso, que son mucho más perniciosas por los agentes mencionados que desprenden. No obstante, a menudo se olvida un factor tan obvio como fundamental. El autobús transporta a decenas de personas, con lo que su impacto medioambiental se reduce de forma mayúscula.

Tal esto que tomando el dióxido de carbono como referencia en autobús es el medio de transporte más eficiente generando de media 31 gramos de CO2 por kilómetro. Le sigue el avión con 97 g/km, y en último lugar, los vehículos particulares, con una media superior a 130 g/km.

Igualmente, los principales fabricantes de autobuses, como Volvo, están invirtiendo mucho esfuerzo en modernizar sus flotas con autobuses movidos con combustibles alternativos: híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. En varias ciudades europeas como Goteburgo, Hamburgo o Londres ya cuentan con flotas de autobuses con estas motorizaciones.  En España además es casi irremediable no toparse con autobuses a Gas Natural Comprimido (GNC) e incluso desde hace tiempo se pueden ver circular por algunas ciudades autobuses alimentados con hidrógeno.

Estas alternativas ponen aún más de relieve la importancia que ha tenido y tendrá el autobús para las ciudades del futuro, en las que cada vez más el transporte privado quedará más restringido en favor del público. Así que, no está de más recordar, que montando en autobús estás colaborando a que tu salud respiratoria, y la de tus vecinos, sea de más calidad.

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